Flora Iberica: Tallos hasta de 0,8 mm de diámetro, generalmente de un rojo purpúreo intenso,
rara vez amarillentos, por lo general muy ramificados, lisos. Inflorescen -
cia hasta de 11 mm de diámetro, en glomérulos densos, sin pedicelo o con éste
más corto que el cáliz e indiferenciable de su base, obcónico. Flor hasta de 4,5
mm, pentámera, rara vez tetrámera. Cáliz de obcónico a campanulado, frecuentemente
más corto que el tubo de corola, en ocasiones de la misma longitud o
ligeramente más largo, liso o papiloso, con sépalos hasta de 3,3 mm, generalmente
rojizos, a veces blanquecinos o amarillentos, con tubo hasta de 1,1 mm,
más corto que los lóbulos; lóbulos 0,9-2,2 × 0,6-2 mm, generalmente más largos
que anchos, ovados, ovado-triangulares u ovado-elÃÂpticos, subulados, agudos
o subagudos y, en ocasiones, mucronados, membranáceos o algo engrosados
en el dorso o en el mucrón, libres o algo imbricados en la base. Corola hasta
de 4,5 mm, tubular o campanulada, urceolada en el fruto, lisa, blanquecina;
con tubo hasta de 2,4 mm, de longitud variable respecto a los lóbulos, generalmente
caediza con la cápsula, cuya parte superior cubren; lóbulos 1-2,1 × 0,8-
1,7 mm, ovados u ovado-triangulares, agudos o subulados y en ocasiones mucronados,
a veces ligeramente carinados, sobre todo apicalmente, libres o algo
imbricados en la base. Androceo con (4)5 estambres de 0,6-1,5 mm, más cortos
que los lóbulos de la corola, exertos; filamentos 0,3-0,9 mm, subcilÃÂndricos o
subulados; anteras 0,4-0,7 mm, ovoides, subglobosas o sagitadas y en ocasiones
con el conectivo agudo en el ápice. Escamas hipoestaminales hasta de 2,1 mm,
enteras y convergentes por encima del ovario, más cortas que el tubo de la corola,
fimbriadas. Gineceo con ovario glabro; estilos 2, de 0,3-1,2 mm, cilÃÂndricos
o largamente cónicos, glabros; estigmas 0,4-1,4 mm, largamente cónicos o
subcilÃÂndricos, rojizos o amarillentos, alargados –la longitud conjunta de estilo
y estigma es por lo general mayor que la del ovario–. Cápsula hasta de 2,2 mm
de anchura, subglobosas, dehiscente en la base, con 2-4 semillas. Semillas hasta
de1,2 mm, subglobosas u ovoides. 2n = 14, 16, 28, 30, 32.
Observaciones de Flora Iberica: Es una de las especies más variables del género. A pesar de su variabilidad, incluso
a nivel poblacional, hay una serie de caracteres estables y que, en conjunto, caracterizan a la
especie, como son la longitud conjunta de estilo y estigma –igual o mayor que la del ovario– y la
forma de los lóbulos del cáliz y la corola –agudos o subagudos y libres o escasamente imbricados
en la base–. La especie en sentido amplio, tal y como está aquàdefinida, engloba a una serie de formas
que han sido reconocidas como especies independientes o como subespecies o variedades.
N. Feinbrun reconoce dos subespecies: C. epithymum subsp. epithymum y C. epithymum subsp.
kotschyi [C. kotschyi, basión.] [cf. Israel J. Bot. 19: 16-29 (1970); Tutin & al. (eds.), Fl. Eur. 3: 77
(1972)]. La subsp. epithymum incluye individuos con glomérulos de más de 7 mm de diámetro, con
cálices de lóbulos no engrosados, con una longitud total del estilo y el estigma claramente mayor que
la del ovario y parásitas de una gran cantidad de hospedantes (fig. 000 e-h). De esta subespecie se han
descrito un gran número de variedades basadas en el tamaño absoluto y relativo de las diferentes piezas
florales, caracteres variables incluso dentro de una misma población y, por lo tanto, de escaso valor
taxonómico. De forma ocasional, aparecen individuos con pétalos y sépalos subulados que se han
denominado C. epithymum var. angustissima Engelm. in Trans. Acad. Sci. St. Louis 1: 463 (1859) y
que son más frecuentes en el N de Italia y en los Alpes MarÃÂtimos, aunque también se puedan encontrar
con cierta frecuencia en el resto del área de distribución de la especie, incluida la PenÃÂnsula
Ibérica. Plantas con flores más pequeñas y frecuentemente con el cáliz aproximadamente de la misma
longitud que el tubo de la corola se han reconocido como C. epithymum var. alba (J. Presl & C. Presl)
Yunck. in Mem. Torrey Bot. Club 18: 285 (1932) [C. alba, basión.]. En ocasiones, las formas de flores
pequeñas tienen pétalos y sépalos subulados y éstos últimos superan el tubo de la corola como ocurre
en algunas poblaciones del SE de la PenÃÂnsula Ibérica. En esta subespecie también se han incluido parásitas
de cultivos, especialmente de leguminosas, conocidas como C. trifolii, con flores y glomérulos
de mayor tamaño pero, por lo demás, indistinguibles de las poblaciones silvestres.
C. epithymum subsp. kotschyi incluye plantas con glomérulos de menos de 7 mm de diámetro,
con cálices de lóbulos engrosados en el dorso, con una longitud conjunta de estilo y estigma igual o
algo mayor que la del ovario y parásitas de pequeños caméfitos de montaña (fig. 000 i-l). El tamaño
de las flores, asàcomo el tamaño del mucrón que suele aparecer en el ápice de los pétalos y sépalos,
resultan, sin embargo, muy variables, sobre todo cuando se estudia material de todo el área de distribución
de la especie. En las poblaciones del Sistema Ibérico, Pirineos y Sierra Nevada este mucrón
es muy marcado y se han reconocido a veces como C. godronii, a veces también subordinada
como variedad de C. planiflora; sin embargo, los estudios moleculares apoyan que estas formas se
consideren parte de la variación de C. epithymum. En las zonas montañosas de Palencia y León se
han encontrado poblaciones con cálices papilosos y una apariencia parecida a la de C. nivea, pero
de un rojo purpúreo.
A pesar de que la distinción de estas dos subespecies puede parecer clara, sus caracteres diagnósticos
son muy variables y existen formas intermedias como, por ejemplo, en las poblaciones del
C y E de la PenÃÂnsula Ibérica que crecen sobre plantas leñosas, especialmente labiadas y leguminosas:
cálices purpúreos con una proporción entre su longitud y la del tubo de la corola variable, aunque
en la mayorÃÂa de los casos estas longitudes sean similares. Estas plantas fueron incluidas por
T.G. Yuncker como C. epithymum var. rubella (Engelm.) Trabut in Bull. Soc. Bot. France 53: 37
(1907) [C. epithymum f. rubella Engelm. in Trans. Acad. Sci. St. Louis 1: 463 (1859), basión.; cf.
Mem. Torrey Bot. Club 18: 133-311 (1932)] e incluidas por N. Feinbrun en la subespecie tipo [cf.
Tutin & al. (eds.), Fl. Eur. 3: 77 (1972)]. A pesar de que el tamaño de flores y glomérulos es muy
variable, tienen los lóbulos del cáliz y el pedicelo de las flores más externas del glomérulo ligeramente
engrosados. También es variable del mucrón, que puede faltar o estar desarrollado, con lo
que la transición hacia formas tÃÂpicas de la subsp. kotschyi es continua. La gran diversidad de números
cromosomáticos indican que probablemente se trata de un complejo de difÃÂcil delimitación
con caracteres morfológicos [cf. M.A. GarcÃÂa & S. Castroviejo in Anales Jard. Bot. Madrid 60: 33-
44 (2003)]. La diversidad morfológica también se pone de manifiesto en el cariotipo. Asàpor ejemplo,
las poblaciones de zonas altas de Sierra Nevada son diploides y tienen un cariotipo bimodal en
el que una de las parejas de cromosomas tiene más del doble de la longitud del resto del complemento.
Algunas poblaciones del Sistema Ibérico presentan un número cromosomático 2n = 16, con
todos los cromosomas de aproximadamente el mismo tamaño.
Por último, existen poblaciones de difÃÂcil separación de C. planiflora. M.A. GarcÃÂa & M.P. MartÃÂn in Syst. Bot. 32(4): 899-916 (2007) indican la posible hibridación entre estas dos especies,
factor que dificultarÃÂa aún más su taxonomÃÂa.